El vandalismo y la cal, lo que más costes genera en el vending

Averías y mantenimiento..., tus máquinas en manos de un profesional formado
HOSTELVENDING.com 18/06/2018.- Una máquina parada es una fuente de pérdidas. Si tuviéramos que establecer un ranking de los imprevistos a los que más le teme un operador de vending, sin duda, las averías estarían en el primer lugar.
Las hay imprevisibles, las hay evitables, también las que se derivan de un mal uso o de un incorrecto mantenimiento. Tanto las máquinas de bebidas calientes como las de frío están expuestas a padecer problemas y por eso la fiabilidad es un factor a tener en cuenta a la hora de elegir fabricante.
Pero también es muy importante saber cuidar la expendedora, ya sea a través de la persona que realiza las labores de reposición en su tarea diaria de limpieza y comprobación, como los profesionales que se encargan del servicio técnico, sean trabajadores propios de la empresa operadoras o de un SAT externo.
Las averías suelen venir definidas de manera habitual por el tipo de máquina primero y por la ubicación después. Un equipo en la calle, expuesto al uso de viandantes, sin seguridad es más propenso a padecer un acto vandálico que uno instalado en el interior de una empresa.
Un emplazamiento que supera los 50 o 60 servicios diarios también sufre un mayor desgaste, por lo que las labores de mantenimiento se hacen más necesarias y recurrentes. Asimismo, por el simple funcionamiento, las máquinas de café requieren un mayor cuidado que las de snacks o bebidas frías por una cuestión de tecnología y también de requerimientos del sistema.
Centrándonos en los casos más habituales y contando con la experiencia de varias de las empresas de servicio técnico más importante de nuestro país, podemos resumir los principales costes por averías y mantenimiento en tres grandes bloques.
Por un lado, están los ataques indiscriminados que sufren las máquinas de los espacios públicos. “Desgraciadamente las incidencias por vandalismo son demasiado frecuentes y normalmente las mas caras”, nos explica Cristóbal Vilaplana de CIL Logística. Suelen cebarse con las vitrinas de cristal y con la estructura externa de la máquina, pero también con los métodos de pago y las cerraduras.
Una fórmula para atajar los costes que supone el vandalismo la encontramos en los seguros voluntarios que se pueden contratar al margen de los obligatorios de responsabilidad civil. Los multirriesgo suelen ser los más comunes para hacer frente a los imprevistos. Están destinados a cubrir los daños o desperfectos que puedan sufrir los equipamientos o los que estos puedan generar en su entorno.
Es básico para hacer frente al vandalismo ya que normalmente sale más rentable que afrontar los desperfectos que se produzcan, sobre todo, si los equipos están instalados en lugares muy expuestos. Otra opción “son las cámaras de vigilancia que actúan como elementos coercitivos”, apunta Vilaplana.
El segundo gran bloque de problemas que originan gastos de manera periódica en una explotación de venta automática lo representan las máquinas de bebidas calientes. “Dependiendo de la zona en la que estemos, vamos a encontrar diferentes averías relacionadas con el agua y el circuito hidráulico debido a la cantidad de cal y al poco tratamiento preventivo que se realiza”, asegura Francisco Vigueras de SAT Vending Barcelona.
La calidad del agua que se dispensa afecta de forma directa a los operadores de vending porque es la responsable de más del 80 por ciento de los costes de mantenimiento y reparación de las máquinas, tal y como nos explicaba en su momento David Gasull, de BWT. Todavía hay un buen número de empresas que no aplica bien los tratamientos preventivos que aconsejan los fabricantes de filtros de agua y eso se traduce en obstrucciones y productos de pésima calidad.
Solo un 15% de las empresas reemplaza los filtros en las fechas indicadas, por lo que es esencial que el personal especializado o el técnico tenga muy en cuenta esto, al igual que la política de empresa, ya que volvemos al mismo argumento de antes, “sale más cara la reparación que el coste periódico de un buen mantenimiento”.
Por último, ciñéndonos a las máquinas de snacks y las refrigeradas, “las reparaciones más frecuentes que solemos atender son las relacionadas con el grupo de frío”, nos apunta Vigueras. Normalmente también se debe “a un incorrecto mantenimiento del equipo” y a una falta de actuaciones periódicas por parte de un profesional.
“Yo siempre he defendido el mantenimiento preventivo y la formación de los operadores de vending. Al final, las máquinas te hablan y es cuestión de saber escuchar los que dice. Si colocamos un filtro anti cal y se cambia cuando toca, las averías se reducen inmediatamente. En ese momento, solo deberemos de cambiar juntas y limpiar monederos. En el caso de las máquinas refrigeradoras, solo con limpiar el grupo de frío habitualmente y dejando la separación correcta por la parte de atrás, la máquina difícilmente se estropeará”, argumenta el responsable de SAT Barcelona.
A estas grandes averías hay que sumarle otras de menor valor como pueden ser desconfiguraciones, piezas desgastadas, atascos, problemas de temperatura o, en la actualidad y muy relacionada con la evolución tecnológica de las máquinas, temas relacionados con la electrónica.
Un avance importante se ha producido con los sistemas de telemetría y control remoto de las máquinas. Ya muchos modelos que avisan del estado de la máquina y de algunos de sus componentes, por lo que es más fácil atender las incidencias y actuar antes de que se produzca la paralización de la máquina.
“Todas las máquinas actuales vienen equipadas con medidores de todo tipo (volumétricos, contadores de consumo por selección, etc.), así como sistemas de almacenamiento de datos y eventos. Presuponiendo que existe una manera para acceder a estos datos, ya sea por extracción manual o de forma remota (telemetría, Wi-Fi, etc.), y trabajando con matrices adaptadas a las máquinas específicas, se puede llegar a pronosticar cuál es el momento óptimo para cambiar ciertos componentes de las máquinas, reduciendo casi a cero los correctivos, y minimizando el impacto de los preventivos. La base es mejorar las recomendaciones genéricas del fabricante para un modelo concreto, a acciones concretas para una máquina en particular (no todas las máquinas del mismo modelo requieren el mismo nivel de servicio)”, explicaba en un artículo Jordi Baeza, Trade Assets Manager de Nestlé Professional España.
“Las casas oficiales dan una tabla que te indica cuando debes de cambiar juntas, grupos de café, calderas, etc. Además, en la actualidad, hay modelos que saltan alarmas cuando se debe de efectuar el mantenimiento. Según el modelo de máquina, en unas cambiaras piezas que en otras no hará falta. El modelo influye”, nos indica Francisco.
Para evitar intervenciones la mejor opción “son los mantenimientos preventivos en los que periódicamente se revisa la máquina, se limpia, se engrasa, se testea y se sustituyen las piezas que se considera puedan provocar un próximo fallo”, señala Cristóbal.
En el caso de CIL Logística aconsejan un mínimo de dos mantenimientos preventivos por máquina, “uno antes de la temporada y el otro cuando pase la misma, de esta forma aseguramos el mínimo de problemas cuando mas necesitaremos el buen funcionamiento”.














