Empresas familiares en peligro de extinción

Ricard Agustín, Director de Family Business Solutions

HOSTELVENDING.com 30/05/2018.- Llega un momento, cuando se acerca la jubilación, en que el fundador o los fundadores de una empresa familiar se plantean cuál será el futuro de su negocio. En las empresas familiares, por definición, la voluntad es que la siguiente generación tome las riendas del negocio, pero no siempre los hijos querrán o podrán encargarse de la empresa, dejando sin relevo generacional el negocio familiar.

 Esta falta de relevo puede deberse a que no se tienen sucesores (hijos o sobrinos)o bien a que los que serían los sucesores del negocio tienen otras inquietudes profesionales u otras vocaciones alejadas del sector del vending.

Tampoco habrá relevo generacional en aquellos casos en que la siguiente generación, a pesar de que sí que tiene interés en continuar con la empresa familiar, no dispone de las capacidades o del espíritu emprendedor necesario para ello, o de la voluntad de invertir en un negocio en un sector tan maduro, con escasos márgenes y con tantísima competencia como es el vending.

En cambio, en ocasiones, es el hecho de que en el pasado haya habido desencuentros o problemas familiares con el resto de miembros de la familia lo que puede provocar el alejamiento de la empresa de los que deberían ser los sucesores del negocio familiar.

¿Qué sucede entonces cuando no hay sucesor en la empresa familiar? Podríamos pensar que un negocio familiar sin sucesor es un negocio sin futuro. Pero, en realidad, no es siempre así.

 Ante el escenario de encontrarse sin sucesores para continuar con el negocio, la generación saliente puede decidirá apostar por alternativas de continuidad para la empresa familiar.

En este caso, sus opciones son seguir como propietarios de la empresa de vending pero cediendo la gestión del negocio a profesionales independientes, o vender la compañía y que la empresa familiar continúe solo como empresa patrimonial para gestionar el patrimonio de la familia.

 No obstante, la generación saliente también puede optar por no continuar con la empresa familiar. En este caso las opciones restantes son vender el negocio, liquidarlo o cederlo a los trabajadores, y en todas ellas el negocio familiar como tal sí que desaparecerá.

 Antes de tomar una decisión, es recomendable que aquellas familias empresarias que se encuentran en esta situación, soliciten una evaluación económica del negocio y que, llegado el caso, acudan a un profesional que conozca el sector y que les pueda aconsejar. En estos casos es importante contar con una visión objetiva de la situación y no dejar que el corazón se imponga a la razón para evitar que el patrimonio familiar se resienta.