¿Es el momento de cambiar de marcas en el vending?

HOSTELVENDING.com 19/12/2014.- Los grandes operadores de vending siempre resaltan entre sus cualidades la capacidad de ofrecer productos de las primeras marcas comerciales, un aspecto que goza de gran valor porque así es como lo prefieren los consumidores.
No es lo mismo contar con productos de grandes multinacionales que gozan de un gran respaldo comercial y están a la vista de todos que optar por una marca blanca que, en definitiva, se suele ver como una alternativa más barata y de menor calidad.
La marca esta asociada a la calidad, pero lo cierto es que el consumidor cada vez está más concienciado en conocer bien qué tipo de producto adquiere, cómo se ha fabricado y cuál es la actitud de la empresa o marca que está detrás.
Es fácil constatarlo cuando en tiendas y también en máquinas de vending vemos cada vez más la incorporación de productos locales o de marcas propias, un signo evidente de que se intenta contentar a un consumidor más exigente que no está dispuesto a dejarse llevar por lo que compra la gran mayoría.
Sigue siendo escasa esta tendencia, pero nunca está de más tenerla en cuenta para orientar la oferta dentro de la venta y distribución automáticas. Por este motivo, hoy os acercamos el estudio de ‘El Mercado de Marcas Sostenibles en España’, elaborado por la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE y la consultora Nielsen.
Es un documento que pone de manifiesto el amplio desarrollo que tienen estas denominadas marcas sostenibles, dirigidas a un perfil de comprador con potencial económico y que asocia fácilmente categorías como la alimentación y la droguería con la sostenibilidad.
Es un segmento que crece a pesar de englobarse en un apartado de consumidor ‘premium’ al que no todos tienen acceso. “El estudio muestra como esas marcas sostenibles tuvieron un incremento del 7% frente al año anterior, a pesar de que la totalidad del gran consumo se contrajo en ese período el 0,8%. Otro dato a tener en cuenta es que estos productos sostenibles experimentan un crecimiento nueve veces superior al de las marcas no sostenibles. De momento, su cuota de mercado es pequeña, el 4,7%, pero no por ello deja de tener interés por muchas razones”, desvela la consultora.
Según el estudio, el mercado de marcas sostenibles está en manos de los fabricantes, que copan el 80% de las ventas. Los distribuidores de momento no prestan demasiada atención a este tipo de marcas y no las incluyen de forma mayoritaria en sus surtidos de marca propia.
El informe muestra cómo dos tercios del mercado de marcas sostenibles están en manos de los productos con sello FSC (gestión responsable de bosques), el cual atañe al continente pero no al contenido. El compromiso de la industria de envases a la hora de utilizar fuentes sostenibles de papel explica su protagonismo en este mercado. Por su parte, la cuarta parte del mismo corresponde a los productos orgánicos.
Ante este reparto, se concluye que, al menos actualmente, el mercado de marcas sostenibles tiende a la deriva medioambiental y no tanto a la social. Por ejemplo, los productos de Comercio Justo representan apenas el 0,3%.
Esta afirmación del informe se puede ver también desde la óptica de las categorías. Así, las marcas sostenibles tienen el 20% del mercado de leche líquida. Esta cuota la logran los productos con sello FSC y los orgánicos. Por su parte, prácticamente tres de cada diez consumidores compran una bebida refrescante con sello sostenible, principalmente FSC.
Yogures y pan de molde son otros productos demandados en su vertiente ecológica. Un tercio de los hogares ha comprado en algún momento yogures orgánicos, mientras que uno de cada diez ha adquirido pan de molde también orgánico.
Uno de los grandes atractivos del mercado de marcas sostenibles se encuentra en el propio consumidor al que va dirigido. Su radiografía nos depara un hogar sin hijos y con pocos miembros y de clase media/alta, que compra 21 veces al año algún producto con connotación ecológica o social. Cada uno de esos hogares se gastó en marcas sostenibles una media de 68 euros en 2013. El gasto total asciende a casi 150 millones de euros, que representa el 3,5% del total de gran consumo.
Son aportaciones interesantes que en el vending podemos identificar de manera clara en el café. La gran variedad que se puede encontrar ahora en las máquinas en este sentido ha ampliado las categorías de productos que se ofrecen y aunque lo habitual no es gastarse dos euros en un café de máquina, hay quien no tiene problema en pagarlo si ello redunda en una mayor calidad o una filosofía de trabajo más respetuosa.














