Gasto y vending: cómo seguir el ritmo del retail desatendido

HOSTELVENDING.COM 15/11/2021.- Ahora que el panorama del vending es notoriamente más tecnológico a través de la expansión de máquinas automáticas más interactivas e inteligentes y el auge de la Inteligencia Artificial y del IoT, se estima que en un plazo de cinco años, el comercio minorista desatendido alcance los 11.000 millones de euros.
Hasta hace relativamente poco, la idea de poder pagar en una tienda o establecimiento sin tener que hablar con un comerciante o personal parecía algo demasiado futurista, poco cálido y fiable. Hoy en día, no solo es posible, sino que es la gran realidad de la mayoría de comercios de diversa índole: desde el textil hasta las cadenas de restauración, los negocios se están basando, y adoptando las herramientas del negocio desatendido por excelencia: el vending.
Y es que, el retail desatendido ya no se refiere únicamente a la posibilidad de comprar unos snacks en la máquina expendedora de un centro de ocio local. Actualmente, el escenario del vending ha evolucionado hasta alcanzar un nuevo concepto, el de distribución automática, marcado por la innovación y la experiencia de cliente.
La clave está en los medios de pago contactless
A ello se suma que la propia naturaleza de los pagos es cada vez más rápida y flexible. Los pagos contactless crecen en tipología y en aplicación, y la inevitable adopción de una sociedad sin dinero en efectivo se traduce en que las opciones de pago cashless ya no son un valor añadido, sino un requisito fundamental en cualquier entorno de retail.
Este crecimiento ha sido continuo durante la última década, pasando de 10.000 máquinas que aceptaban tarjetas en 2007 a más de 1,3 millones de dispositivos funcionando con contactless en la actualidad, tal y como confirman Darren Anderson y Anthony Wicks, director de Desarrollo Comercial, Autoservicio y director del canal de distribución en la compañía de medios de pago Ingenico, respectivamente.
Al igual que los pagos online se han vuelto cada vez más fluidos, con pagos a un solo clic y entregas en el mismo día, los pagos en las tiendas físicas están siguiendo el ejemplo y los principales supermercados y grandes superficies abrieron la veda, inspirados por el vending. Fueron los primeros grandes retailers en instalar máquinas de autoservicio para los clientes con cestas más pequeñas que querían evitar las colas. Y tras ensayos y error, de algunos contratiempos iniciales y de algún que otro cliente enfadado que vociferaba a la caja y su no lectura de producto, a día de hoy se han convertido en norma, y en la fórmula de cobro ideal para los usuarios, hasta en las generaciones más veteranas.
No obstante, no se trata simplemente de una fórmular para ahorrar tiempo. Si nos trasladamos al mundo de la restauración y la hostelería, veremos como los clientes optan por la experiencia de compra y personalización de sus menús a través de las máquinas automáticas. Incluso recoger su pedido en máquinas expendedoras que guardan la tempertaura ideal del plato y que ofrecen un canal non stop.
Ventajas bidireccionales
Como hemos podido comprobar de un tiempo a esta parte, las ventajas no solo llegan al usuario final, sino que esa tecnología contactless, con opciones de pago inmediato, aportan grandes beneficios a las empresas, con aumentos de hasta el 25% a corto plazo.
A ello se suma que las máquinas sin contacto y sin efectivo son mucho más eficientes desde el punto de vista operativo, pues eliminan la necesidad de que los asistentes y técnicos de los comercios o máquinas de vending recojan y cuenten el efectivo, lo que facilita la logística y otros problemas de gestión
En este ámbito, es primordial mencionar la telemetría, que permite que las máquinas expendedoras informen en tiempo real a la empresa operadora, lo que evita que los dueños de las máquinas tengan que estar pendientes continuamente del nivel de stock.
A medida que las máquinas de vending han evolucionado y se han convertido en un método de pago cada vez más extendido, los hábitos de los consumidores están cambiando, creando una demanda de métodos de pago desatendidos más generalizada. En una sociedad sin dinero en efectivo y sin necesidad de asistentes en el comercio, los clientes nunca se quedarán sin poder comprar el artículo que desean por tener 10 céntimos menos, reduciendo así el índice de cestas de la compra abandonadas. Por ello, el vending es una opción idónea, tanto para los dueños de negocios que quieren reducir el abandono de la compra, como para los consumidores que buscan facilidad y comodidad.














