La cadena de frío, una asignatura vital para el vending en verano

HOSTELVENDING.com 27/06/2016.- Aunque la conservación de la cadena de frío en los alimentos es un aspecto que debe trabajarse durante todo el año, en estas fechas cualquier descuido o mala práctica puede suponer un punto de inflexión para cualquier empresa de vending.
Las altas temperaturas influyen tanto en el transporte como en la conservación de los alimentos en los almacenes y en las propias máquinas expendedoras, por lo que un sector como el de la venta y distribución automáticas no puede permitirse pasar por alto medidas de seguridad adicionales en estas fechas.
En las máquinas expendedoras de alimentos es esencial exigir un respeto escrupuloso por la cadena de frío que garantice un transporte en óptimas condiciones y una conservación a la temperatura adecuada en el interior de los equipos. Esto es especialmente delicado en los casos en los que las instalaciones están de manera permanente expuestas al sol, teniendo que aplicar en estos casos medidas extraordinarias para evitar que un alimento termine vendiéndose en mal estado.
Lo principal es tener en cuenta que los vehículos de transporte deben tener cámaras frigoríficas o estar especialmente acondicionados para llevar los alimentos a los puntos de venta.
Tanto la trazabilidad en todo el proceso de esta cadena de frío, como las instalaciones y medios de transportes utilizados tienen que cumplir, a su vez, las condiciones higiénico-sanitarias específicas para estos dispositivos, y para todo el proceso. Destacar que la normativa más adecuada para cumplir con estas cuestiones está dispuesta en el Real Decreto 2483/1986, de 14 de noviembre, por el que se aprueba la Reglamentación Técnico-Sanitaria sobre condiciones generales de transporte terrestre de alimentos y productos alimentarios a temperatura regulada.
En más de una ocasión se ha acusado al sector de no respetar esta cadena de frío, sobre todo, en el transporte de los alimentos por no poseer una flota de vehículos adecuada, una circunstancia que puede ser denunciada de manera directa a las autoridades sanitarias competentes.
La cadena de frío es elemental en la seguridad alimentaria y los controles en el transporte se intensifican durante estas fechas para detectar posibles anomalías en los vehículos que deben constar con una certificación específica para el transporte y du homologación.
Además los productos deben contar con su certificación fitosanitaria, aunque no en todos los casos es obligatoria. Los vehículos dedicados al Servicio Público de Transporte de Mercancías Perecederas deben disponer de una autorización de transportes, (Tarjeta de transporte) salvo que su peso máximo autorizado no exceda de 2.000 kilos. No obstante a estos últimos no se les exime, por ello, del certificado correspondiente para transportar mercancías perecederas, así como de llevar inscritas en el vehículo las siglas correspondientes.
Hace poco en un artículo de Consumolab de Ainia podíamos leer una serie de recomendaciones para asegurar la cadena de frío, entre ellas, la principal que las empresas logísticas estuvieran comprometidas con este requisito al máximo. Es de vital importancia que el parque móvil sea correcto y que el operario se asegure de contar con los elementos necesario para el transporte de la mercancía desde la furgoneta a la propia máquina, sobre todo, en los casos de productos lácteos, comidas preparadas o incluso bebidas que no pueden estar sometidas a altas temperaturas.
También se mencionaban en el artículo “los controles específicos ideados para medir los valores térmicos de nuestros productos una vez han abandonado nuestras instalaciones”.
El incumplimiento de las condiciones para mantener la cadena de frío acarrea multas según el grado de la infracción y también la inmovilización de la carga en los casos en los que pueda ser una medida preventiva. Esto solo en el caso de que sea en el transporte, si hablamos de infracciones relacionadas con la Salud Pública las multas pueden llegar a los 600.000 euros en caso de que se ponga en riesgo a los consumidores.
Si el transporte es un elemento claro en esta cadena de seguridad alimentaria, no lo es menos su conservación en los almacenes o su puesta a la venta en las máquinas. Hoy en día las máquinas de frío tienen capacidad suficiente para mantener las temperaturas de manera constante, pero cualquier descuido (que haya un apagón y la máquina se desconecte durante un periodo de tiempo, que esté expuesta al sol directo o algún tipo de fallo técnico) podría provocar un verdadero problema y no siempre se puede dar respuesta desde la empresa operadora, al carecer muchas de estas máquinas de la posibilidad de avisar al responsable de estos problemas de temperatura.
Nunca está de más reforzar las precauciones y en épocas como el verano mucho más.














