La EFSA estudia los valores máximos recomendados para el consumo de azúcar añadido

HOSTELVENDING.com 07/04/2017.- Con regulaciones muy distintas a lo largo y ancho de Europa, pero con la clara certeza de que el abuso de productos con altos contenidos en azúcares no es lo más recomendado para una dieta equilibradas, la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos se pone manos a la obra para aportar criterios científicos.
No lo hace con la celeridad que se espera a un tema tan de actualidad y con consecuencias muy importantes para la salud, ya que se ha puesto como límite 2020 para establecer el valor diarios de consumo de azúcar añadido recomendable y sus efectos sobre la salud.
Lo importante es que de este estudio saldrán las recomendaciones básicas para todos los países miembros de la Unión Europea por lo que las legislaciones nacionales podrían verse afectadas para entonces.
El estudio se realizará en respuesta a una petición de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia.
Los azúcares añadidos, de cualquier fuente, incluyen sacarosa, fructosa, glucosa, hidrolizados de almidón, tales como jarabe de glucosa, jarabe de fructosa, y otras preparaciones azucarados consumidos solo o añadido durante la preparación y fabricación de alimentos.
Para considerar los efectos sobre la salud, se tendría en cuenta el peso de los sujetos, su tolerancia a la glucosa y su sensibilidad a la insulina, así como riesgos cardiovasculares de desarrollar diabetes tipo 2 o caries dental. La EFSA también medirá los efectos sobre la población general, incluidos niños, adolescentes, adultos y ancianos.
Las actuaciones pasan ahora por la puesta en marcha de un grupo de trabajo con expertos en dietética, epidemiología, nutrición humana, enfermedades crónicas relacionadas con la dieta y odontología. Los cinco países nórdicos que han iniciado la petición serán invitados como observadores.
En línea con su compromiso con la apertura y la transparencia, la EFSA implicará a todas las partes interesadas en el proceso de evaluación. Incluirá dos consultas públicas, solicitando comentarios sobre el proyecto de protocolo en la primera mitad de 2018 y en el proyecto de dictamen a finales de 2019, así como la organización de una reunión con las partes interesadas.
En el año 2010, la autoridad alimentaria ya publicó su opinión científica sobre los valores recomendados de carbohidratos y fibra que también incluía el azúcar. En aquel momento, apuntan, las evidencias científicas disponibles eran insuficientes para establecer un límite para el consumo diario de azúcares añadidos. Las nuevas pruebas científicas han arrojado luz sobre este asunto, aseguran, y el interés público sobre el impacto de estos azúcares en alimentos y bebidas también ha aumentado.
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