La polémica de la industria cafetera: La queja nos afianza en el inmovilismo

HOSTELVENDING.COM 14/11/2023.- La industria del café, y esto aplica a todos los jugadores del tablero, debe funcionar como una gran marca, dispuesta a abrazar nuevas ideas y estrategias para crear un futuro más prometedor para los productores y los consumidores por igual.
En diveros artículos recientes de medios nacionales, se plantea la problemática de los precios del café y de si estos van acordes a las ganancias de los productores del oro negro. En concreto, se ejemplifica con la cadena colombiana de cafeterías Juan Valdez, a raiz de las diversas manifestaciones de los productores colombianos. Una compañía que definen como una marca con el espíritu de Starbucks pero con un fuerte sentido de orgullo nacional. Con su eslogan "la marca de todo un país" y su icónico logotipo del campesino ficticio Juan Valdez con su burro, traje de algodón blanco y sombrero de paja, la empresa se ha convertido en un símbolo potente en un país con medio millón de pequeños productores de café, la mayoría de los cuales luchan contra la pobreza y poseen parcelas de tan solo 1,5 hectáreas.
La conexión de Juan Valdez con la Federación Nacional de Café, que en teoría representa a productores grandes y pequeños, le otorga una imagen de empresa que ofrece un café mucho más vinculado a la tierra que las grandes franquicias multinacionales. Sin embargo, la reciente protesta de pequeños productores en uno de los establecimientos Juan Valdez en Pereira, la capital del eje cafetero colombiano, revela una realidad más compleja.
Bajo el lema "dignidad cafetera", los manifestantes denuncian un negocio injusto y desigual. Señalaron que habían pagado 4.500 pesos (aproximadamente un euro) por cada tinto en Juan Valdez, mientras que el precio que reciben por una libra de café, que sirve para hacer diez tintos en la cadena, es igual al costo de esos diez tintos. Esto se presenta como una grave discrepancia, especialmente en un contexto en el que el precio internacional del café ha disminuido en más de un 30% en el último año.
Las publicaciones también aprovechan el momento para señalar que se trata de un problema global que afecta no solo a Colombia, sino a todos los países productores. Así, no vacilan en mencionar marcas multinacionales como Nestlé, Lavazza y Starbucks, asegurando su influencia significativa sobre los precios. Ocurre lo de siempre, los artículos nombran a algunos y omite a otros compradores.
En cualquier caso, la queja y la denuncia por sí solas pueden caer en la inmovilidad y no ofrecer soluciones tangibles. Aquí es donde se plantea un contrapunto importante: en lugar de aferrarse a quejas recurrentes, la industria del café necesita fomentar la creatividad y la innovación para afrontar sus desafíos.
Y es que esta situación es un recordatorio de la importancia de buscar soluciones internas, en lugar de depender únicamente de factores externos; un momento de toma de decisión que nos puede evocar al problema que se esgrimía para el precio del café en vending: Quejas y más quejas hasta que empiezan a buscar soluciones. La diferenciación, personalización y diversificación de la oferta, así como la exploración de nuevos mercados y distribuidores, son vías que la industria del café puede explorar para lograr un cambio sostenible.
Es necesario romper con los esquemas tradicionales y fomentar un espíritu abierto para abordar estos desafíos. La queja, por sí sola, puede reforzar el status quo, mientras que la innovación y la voluntad de cambiar son esenciales para un avance significativo. La industria del café, y esto aplica a todos los jugadores del tablero, debe funcionar como una gran marca, dispuesta a abrazar nuevas ideas y estrategias para crear un futuro más prometedor para los productores y los consumidores por igual.
Lamerse las heridas es parte del proceso, pero también es necesario apuntar la necesidad de un enfoque proactivo en la producción del café, donde la queja y la denuncia deben ir acompañadas de un esfuerzo por la innovación y la búsqueda de soluciones internas. En esencia, romper con el inmovilismo y funcionar como una gran marca.














