La sostenibilidad ya no es un valor opcional

HOSTELVENDING | 03/02/11.- Aunque con la crisis el compromiso de las empresas con sus trabajadores, consumidores, entorno, etc. parece haber quedado en segundo plano, ante la necesidad de salir adelante, la responsabilidad empresarial no es ya cuestión solo de las grandes corporaciones. La implantación masiva de los nuevos medios de comunicación, que facilitan que los públicos o stakeholders conozcan más de la empresa y sus productos que la propia empresa, está obligando a todas las organizaciones a adoptar medidas en favor de su entorno y comunidad de influencia. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC), entendida como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas no es ya un valor opcional, como de hecho se está comprobando en el sector del vending.
Las instituciones políticas, más sensibilizadas o más preocupadas por evitar posible escándalos, exigen a cualquier proveedor, por pequeño que sea, que cumpla con los principios de la RSC. El sector del vending ya ha visto en muchas ciudades como, en contratos con instituciones públicas, deben cumplir exigencias como el uso de café de comercio justo en todas las máquinas de OCS. El último consistorio en unirse a este requerimiento obligatorio en favor de la sostenibilidad ha sido el Ayuntamiento de Córdoba.
Desde este mes Córdoba incorporará en todos sus contratos de manera oficial criterios sociales y ambientales en favor de una compra pública ética. La moción determina que todos los contratos de servicios y suministros de cuantía superior a 18.000 euros, realizados mediante procedimiento abierto o negociado por el Ayuntamiento, se someterán a un informe del departamento municipal de Cooperación. En el informe se incluirán criterios de adjudicación que favorezcan que las ofertas incorporen productos y/o servicios con mayor grado de sostenibilidad social y ambiental. Entre los criterios de adjudicación se incluirán medidas medioambientales, de ahorro energético, material, como el uso de papel reciclado y libre de cloro, y el seguimiento de medidas sociales en la generación de los productos como la elaboración o procedencia de artículos de comercio justo.
En todos los contratos de catering y restauración y/o suministro de alimentos, entre los que se incluye el vending, que realice el Ayuntamiento se exigirá que al menos dos productos de las gamas que se utilicen sean de comercio justo y también de agricultura ecológica. En las máquinas de bebidas calientes al menos el café y el azúcar tendrán que proceder del comercio justo. En el caso de otras máquinas, al menos el diez por ciento de los productos deberán ser esta índole. Los aparatos deben además de ser más eficientes desde el punto de vista energético y aunque la nueva norma no lo indica se valorará positivamente la instalación de papeleras que separen los desechos para su reciclado.
Pero no solo las instituciones eligen proveedores responsables, también las organizaciones privadas apuestan por esta ideología en todos los ámbitos de actuación. No solo por la conciencia social que puedan tener, sino por que han descubierto que su comunicación tiene que ser coherente y hoy todo es comunicación, incluso la expendedora de café del pasillo transmite una opinión sobre la empresa.
Conocedores de esa nueva realidad grandes multinacionales como Sara Lee se están volcando en la búsqueda y elaboración de productos sostenibles o de comercio justo y pequeños productores de productos ecológicos se están uniendo para facilitar el acceso a nuevos espacios a través de la elaboración en cuarta gama (crudos) y quinta gama (cocinados) para su mayor durabilidad sin reducir sus características, creando de paso aperitivos más saludables. Las bebidas frías acordaron en InnoBev (congreso mundial sobre refrescos) un nuevo e innovador plan para establecer medidas para regular la huella de carbono de las empresas dedicadas al mundo de las bebidas y sus proveedores. Hasta el empaquetamiento tiene sus normas ecológicas.
La maquinaría de vending también se está adaptando a este pretendido mundo más eficiente, solidario y sostenible. El cambio de bombillas por LEDs de bajo consumo es visto ya como una obligación por su menor coste de mantenimiento y su ahorro energético. Ademas muchas máquinas están implantando un sistema de sensores que detectan el movimiento para activar el sistema de las expendedoras. Tener el sello A+ de la European Vending Association es una norma para los nuevos aparatos, Azkoyen presentaba recientemente una nueva linea más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Los nuevos sistemas de gestión de rutas, en los que las propias máquinas informan de sus recursos disponibles, también mejoran la eficiencia de los desplazamientos. Existen cientos de formas de mejorar el impacto social y medioambiental del sector.
Lo que no suele tenerse en cuenta es que la aceptación y seguimiento de los principios de la Responsabilidad Social Empresarial debe ocupar a todos los procesos de la empresa, incluyendo las condiciones laborales de sus trabajadores y no abusar de los precios de venta al público, al menos no incrementar el precio por acogerse a medidas de sostenibilidad. Asi como su compromiso con el desarrollo de su entorno social.














