Los comercios con barra degustación, a la caza de nuevos modelos de negocio en torno al café

HOSTELVENDING.com 20/02/2017.- En neutro país el vending café está dominado por las máquinas ‘free standing’, dejando el OCS prácticamente a determinados espacios de trabajo.
Las ‘table top’ están prácticamente descartadas en determinados lugares, algo que cuando viajamos por la zona norte del continente nos llama poderosamente la atención ya que no solo las podemos ver en estaciones de servicio y zonas comerciales, sino que en determinadas tiendas o lugares de ocio son muy habituales.
En un país tan cafetero como el nuestro, en el que el café forma parte del desayuno del 70% de la población adulta, hay nichos de negocio por descubrir que ya empiezan a ver la luz en determinadas ciudades y, sobre todo, asociados a conceptos no solo de la hostelería moderna o del vending en sí.
Las máquinas de café autoservicio comenzaron a proliferar hace años en los córners café de las gasolineras, pero desde entonces han ganado terreno en lugares con los que combina a la perfección como es el caso de las pastelerías o las panaderías.
Es cierto que la forma de explotación no tiene nada que ver con el OCS tradicional de la oficina, pero estas ‘boutiques’ son una fórmula que se presta tanto a la adquisición de la máquina como a la gestión externa de servicio que ya están aprovechando las empresas operadoras más especializadas.
Son locales muy variados y diversos, tanto que dependen del concepto de negocio que quiera explotar, pero todos coinciden en la necesidad de habilitar un pequeño lugar para el consumo rápido.
Las barras degustación o una pequeñas mesitas altas permiten desde tomar el café con el dulce en el momento a servir un café para llevar junto al pan a la oficina.
Como nos explicaba en su última entrevista Erwin Wetzel, director de la Asociación Europea de Vending, este tipo de modelos de negocio está muy bien explotado en el norte de Europa, países donde las ‘table top’ ganan en presencia.
No llegamos a intentar imitar el modelo, pero lo cierto es que la alternativa convence a los nuevos emprendedores que se lanzan a montar este tipo de tiendas de alimentación o incluso tiendas de ropa que ofrecen un servicio de bebidas calientes al cliente para dinamizar las esperas.
A veces el conflicto surge en los límites de esta diferenciación y los posibles encuentros que se puedan tener con la competencia. No hay una reglamentación totalmente clara al respecto y, en última instancia, es la licencia municipal que concede el Ayuntamiento la que faculta la actividad que se desarrolla en el local.
El modo en el que se presta el servicio es clave para determinar si interfiere en el tipo de licencia obtenida, ya que para servir café al uso se necesita una licencia de cafetería. En diferentes ciudades los hosteleros se han aliado en contra de estos nuevos puntos acusándolos de competencia desleal pero lo cierto es que cada licencia es la que debe detallar qué actividades se pueden realizar y cuáles no y, por tanto, en cada Ayuntamiento la normativa puede diferir para dar cabida legal a estos espacios que no necesariamente tienen que invadir la calle con terrazas.
La clave está en el concepto de degustación o barra degustación. En Madrid por ejemplo se pueden instalar en aquellos establecimientos destinados a pastelería, repostería, confitería, churrería o heladería siempre que dispongan de obrador. Esta barra servirá para la degustación de sus productos, debiendo acompañarse de cafés, chocolate, infusiones y bebidas refrescantes para su consumo en el local. a superficie mínima del local debe ser de 24 metros cuadrados pero no podrán disponer de mobiliario para la estancia.
También lo ha regulado de una manera similar Aragón después de las quejas de los hosteleros. Así, las panaderías, pastelerías y otras tiendas de alimentación que sirven bebidas o alimentos para su consumo o degustación en el propio local serán consideradas actividades hosteleras, salvo aquellas que ofrezcan sus productos acompañados de cafés, chocolates, infusiones o bebidas refrescantes mediante una barra, un mostrador con o sin sillas que en ningún caso podrá exceder los dos metros de longitud.














