El vending entra en la Era Digital

HOSTELVENDING.com 07/06/2016.- No hay nuevo modelo de máquina de vending o café en el mercado que no incluya su versión con pantalla táctil. Por no quedarse atrás, porque lo hace la competencia o porque realmente están convencidos de que sus nuevo usos pueden aportar las ventajas que suponen los incrementos de coste, todos los fabricantes cuentan con modelos ‘touch’, ‘screen’, ‘digital’…

Y es que estamos y pertenecemos a la Era Digital, un mundo en el que lo digital y la tecnología definen el devenir de los modelos de negocio y de nuestro vivir diario. La tecnología por sí sola no tiene sentido y entre una máquina clásica con su vitrina y su botonera y un equipo que hace lo mismo pero solo que tiene una pantalla de 40 pulgadas no hay diferencia alguna.

Lo importante de equipar las máquinas con pantallas y tecnología digital está más allá de la estética, la vistosidad o la adaptación a esa mundo táctil en el que el mundo se domina a golpe de dedo.

Según datos aportados por Accenture, la economía digital global representó el 22% del PIB mundial en 2015. Y está creciendo rápidamente, a un ritmo que permitirá alcanzar el 25% en 2020, frente al 15% de 2005.

También aquí tenemos que hablar de Millenials, generación que no solo ha traído consigo un nuevo tipo de cliente, sino también una nueva clase de empleado, con perspectivas y aspiraciones muy diferentes.

Estos cambios no son graduales. De hecho, el cambio se ha convertido en la nueva realidad. En el vending se observan claramente las dificultades que suponen, con un mercado en el la mayoría de las máquinas que hay instaladas en la calle todavía se ajustan a un modelo digamos “anticuado” a pesar de que, en muchos casos, son máquinas nuevas.

Sí es cierto que las nuevas ventas que llevan a cabo los fabricantes empiezan a equilibrar la balanza por el tipo de máquinas que comienzan a demandar los operadores, pero aquí la brecha vuelve a ser grande cuando hablamos de grandes empresas con capacidad de inversión y pequeños empresarios a los que renovar el parque de máquinas les supone un esfuerzo difícil de asumir.

Pero el cambio hay que asumirlo y también en el aEra de los Datos, los dispositivos aparecen conectados unos con otros, dando como resultado una enorme plataforma de distribución tanto de contenidos como de servicios y aplicaciones, incluso de publicidad.

Lo digital se acerca más a lo que se refiere a los número que a los dedos, aunque en ambos casos para el vending vayan unidos. La previsible disyunción de la que todo el mundo habla llama a las puertas del vending para a través de esas grandes pantallas que dominan ahora las máquinas expendedoras se produzca esa interpelación entre el consumidor, lo digital y los nuevos modelos de negocio que tiene que ir apareciendo.

Es muy fácil dar una vuelta por la oferta actual y toparse con equipos como la Canto Touch de Necta, la Luce X2 Touch de Rheavendors, las LEI Touch de Bianchi, la APS Premium Shop de Jofemar, la Winning Duo Toch de FAS International…

Esa generación de “millenials”, los potenciales compradores de la actualidad y del futuro, priman los aspectos visuales y la carta de presentación de este tipo de máquinas es inmejorable para ello. Pero además promueven esa interactividad que en las compras es tan importante para el cliente, también en un canal como el vending en el que una de sus principales características es la sencillez y la rapidez de respuesta.

No es necesario perder esto, pero sí que es verdad que se invita al cliente a pasar más tiempo delante de la máquina, a atender sugerencias (como sucede en cualquier establecimiento de hostelería) y a dar opiniones. El vending se acerca algo más al comercio tradicional, al servicio que se presta en el, a la vez que se hace más tecnológico incorporando nuevas utilidades como la propia publicidad, los juegos o las nuevas técnicas de promoción y venta, una fusión que se anuncia como el cambio más importante para el canal de los últimos años.

Interactivas, transparentes y muy dinámicas, así son las pantallas para el vending